Las librerías no son todas iguales, las formas, tamaños, colores y materiales varían según las gamas y los estilos. Las más comunes son las rectas, algunas son simétricas y tienen los anaqueles idénticos; otras, en cambio, cuentan con unos grandes y otros pequeños. Además, se puede optar entre modelos que poseen sólo estantes y aquellos que incluyen cajones y puertas, éstas últimas de vidrio, de modo que se pueda observar el interior.
En cuanto a la instalación, existen distintas versiones: tipo mueble, que pueden tener patas o ruedas; módulos que se van incorporando según las necesidades; modelos que se amuran a la pared o las más modernas, que se cuelgan por medio de tensores.
Estilo inglés: por lo general son las más requeridas. Se distinguen por sus finas molduras en forma de pecho de paloma. En este caso, los materiales que se utilizan son la madera: chapa de pluma de caoba, caoba rayada (para la estructura) y marquetería de palo de rosa (en cajones, laterales y puertas).
Estilo francés: llamadas modelo Imperio o Napoleónico, cuentan con detalles de marquetería en las puertas o bordes superiores y para confeccionarlas se utilizan enchapados de diferentes raíces o pluma de caoba.
Campestres: se distinguen por el aspecto rústico y las terminaciones totalmente rectas. Por eso, se les suele ubicar en casas de fin de semana. En general, se confeccionan en madera de roble y poseen un lustre semimate.
Un nuevo concepto.- Es posible adquirir una biblioteca e ir agrandándola a medida que se necesita. Se venden en cajas con todos los elementos necesarios para dejarlas listas para usar. Así se obtienen los laterales, que son de caño cromado y tienen ranuras en toda su extensión para poder ubicar los estantes de malamina a la altura que se desee. Estos se sostienen por medio de topes de plástico. De este modo, se da forma a un mueble que puede contar con un espacio amplio para colocar el televisor, uno pequeño para el vídeo o dvd y varios para libros. Otra opción es instalar en vez de estantes de melamina, versiones de hierro cromado, tipo rejilla, o alternar entre unos y otros. Como no cuentan con laterales, los objetos se pueden sostener con apoyalibros o con pequeñas barras de metal que se incrustan en los laterales y cumplen con el mismo fin.
El diseño está a la orden del día, y la creatividad de los diseñadores se pone también al servicio de las bibliotecas. Formas, materiales y colores inundan la imaginación para realizar las bibliotecas más insólitas. Suelen presentarse totalmente despojadas, sin tallas, molduras, ni marquetería. Están realizadas en maderas claras (como las de haya y pino) o en metal. Existen otras que combinan materiales que comúnmente no se vinculan entre sí. Por ejemplo, las que presentan sostenes verticales confeccionados en acero inoxidable cromado y horizontales en cuero cocido. Otra posibilidad para brindarles un toque original es realizarlas sin las vistas laterales, es decir, en los bordes quedan voladizos (estantes sin sostenes verticales), ideales para ubicar adornos. Además, como en algunos casos se cobra por metro lineal, por lo que resultan más económicas.
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